lunes, 29 de agosto de 2011

Mi visita al Asilo de Ancianos, *Vivir entre silencio, recuerdos y soledad…





Bertha Zamora

Visitas de lunes a Sábados de 10 a 12 y de 4 a 6, Domingos de 9 a 6. Rotulado en la pared, es lo primero que veo al llegar al Asilo de Ancianos.
Toco el timbre pero me doy cuenta que la puerta negra está entre abierta, como si a gritos pidiera que entraras a ese lugar…


Lo primero que me encuentro es el silencio, sólo los murmullos de las hojas de los árboles movidas con el viento se escuchan muy de repente. A lo lejos veo a varias “cabezas blancas” y a una joven con uniforme de enfermera. Ella me lleva con Enrique Guzmán Rodríguez, encargado del lugar.
Después de hacer algunas llamadas al “Comité del Nuevo Asilo de Ancianos San Gerardo” para autorizar mi estancia comenta, “el comité está formado por un grupo de católicos quienes se hacen cargo del Asilo. No reciben ayuda del Gobierno Federal ni Municipal”.

Asimismo, señaló que se mantienen con donativos de comerciantes del Mercado Municipal y donativos que los familiares de los internos aportan.
En el Asilo de Ancianos hay 12 personas, algunos son de Chilpancingo, Teloloapan , Tlaxmalac, “de los cuales 6 no tienen a nadie, no cuentan con ningún apoyo, son personas que diversos Ayuntamientos terminando su gobierno olvidaron y los vinieron a dejar aquí, por ejemplo gobiernos de Lázaro Mazón y Antonio Jaimes”, dice Guzmán Rodríguez.

También señaló, “Ana Ferrer nos apoyaba con enviarnos una enfermera del DIF pero desde que murió se acabo el apoyo, hemos hablado con Rosa Tovar pero nos dice que por el momento no puede apoyarnos”. Finalizó.

Jesús, el sacerdote
Me dirijo a una de las habitaciones, es muy pequeña y obscura. En la entrada cuelga la cara de Jesucristo. Hay una ventana sin cristal sólo cubierta con un sarape rojo. Ahí está Jesús Alcocer Salazar, tiene 83 años, es sacerdote.
Lo saludo mientras la enfermera le dice que no debe tomar más pastillas de lo indicado, Jesús dice, “¿y porque me regañas?, sirve que ya tomarás café y contarás chistes colorados”.

Desde hace dos años está en el Asilo de Ancianos, dice que estaba en Acapulco y enfermó de arritmia e insuficiencia cardiaca, el Obispo del puerto habló con el de Chilpancingo, y éste ordenó que lo trajeran aquí.

“Estoy enfermo de gastritis, de la rodilla, hoy tengo la cara hinchada…son los gajes de la vejez”, me dice entre risas.

Jesús dice que tiene dos hermanas en Acapulco y un hermano en Chilpancingo, “mi hermano a veces viene a visitarme, a veces me manda dinero…” dice con cierta melancolía.

Nació en Chilapa, y le pido que me cuente sobre su niñez, “hacía muchas travesuras, me robaba los elotes, tenía pleitos en la primaria. La educación era muy estricta, si llevabas las manos sucias te daban un reglazo, si no podías en clase te ponían orejas de burro”.

El encuentro con Dios fue gracias a su madre, “mi mamá me llevaba a la misa y yo le ayudaba al padre, ahí me di cuenta que quería ser sacerdote”.

Aurora, la viuda
Entro a la habitación con paredes rosadas, osos de peluche, muñecas y lámparas. Acostada está Aurora Reyeros Gallegos, la saludo y me aclara que no escucha, y me dice que le debo hablar fuerte. Tiene 94 años.

Dice que nació en el DF, cuando era pequeña llegó a Taxco. Ahí conoció a su esposo Fortino Mota Gómez, “antes se acostumbraban las serenatas en el zócalo, ahí lo conocí, duramos 55 años de casados”.

A los cuatro años de casada le quitaron la matriz, en tres ocasiones trató de adoptar pero nunca pudo. Hace 11 años su esposo falleció, “le dio un infarto…desde entonces estoy sola, no tengo hermanos ni nada”, me dice en medio de un llanto muy fuerte, sus lágrimas bajan sobre su cara llena de arrugas, le pido disculpas por hacerla recordar cosas tristes, me dice que no debo preocuparme pues le sirve de desahogo.

“La familia de mi esposo me dejó en la calle, me quitaron mi casa. Una sobrina me llevó a un abogado y me dijo que me iba a demandar…Un tiempo anduve rodando de casa en casa pero recibía groserías y malos modos, no me quedó de otra que el Asilo”.
En nuestra plática Aurora nunca dejó de llorar, me dijo que está enferma del estómago, “pero aunque uno está vieja tiene la ilusión de vivir y sentirse bien”. Me dice que tiene ganas de un té y de guayabas. Después de fotografiarla, me despido y me da la bendición.

Lolis, la juvenil
“Lolis”, así la llaman en el Asilo, es la más activa de todos. Me dio gusto verla después de dos años, sonriente, enjoyada como siempre. Me saluda con un apretón de manos.

Por parte de la Iglesia llega un rosario de regalo por el Día del Adulto Mayor, Lolis se enoja pues dice “yo no estoy vieja, no quiero ese regalo”.
Me dice una joven que hace el aseo que Lolis a menudo se enoja por la misma razón, “una vez se enojó con la cocinera pues le dijo que no estaba vieja y mucho menos era señora, pues nunca se casó…”

Por su estado anímico Lolis no quiere hablar, mucho menos que le tome fotos.
Me siento a un lado de ellas.El silencio prevalece, frente a nosotros tenemos el mismo paisaje: árboles moviéndose al compás del viento. Volteó a verlas y todas tienen algo en común, la mirada perdida con un toque de melancolía.

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El próximo Domingo se celebrará en nuestro país el Día del Adulto Mayor, tal vez sea un buen momento para pensar en nuestros ancianos, tal vez sea buen momento para pensar en tener una cultura de respeto y valor de toda esa gente que una vez fue joven, tal vez…



¿Has visitado el asilo de ancianos de Iguala? ¿Cuál es tu opinión sobre los adultos mayores?

martes, 23 de agosto de 2011

Decir que no...




Agencias.- ¡Mujeres complacientes, terminemos con ésta farsa! ¡Basta de sonreír y hacer lo que no nos place! Es cierto que nos educaron para decir que "si" o a lo sumo para decir que "no" pero seguido de un "perdón". Que ni siquiera nos enseñaron a disimular, a disfrazar una respuesta para zafar de una situación incómoda donde se imponía fijar una posición contraria…Pero hoy, en la adultez, nos sabemos distintas. Y si queremos decir que NO, en mayúscula, podemos.

Aprender a decir que "no" no es fácil, sobre todo para las personas más inseguras, que creen que el otro va a tomar mal esa respuesta o que los va a querer menos. Incluso si el que pide es nuestro jefe podemos hasta pensar que por el simple hecho de decirle "no" podemos terminar perdiendo el trabajo. Pero a veces, vale la pena tomar ciertos riesgos…

¿Cómo hacemos para sacarnos esa mochila? ¿Cómo para oponernos a algo o alguien sin sentir culpa? Aquí van algunas ideas:

• Decirlo brevemente, sin explicaciones. Sirve de mucho el "no, pero gracias por pensar en mí" o "no puedo, estoy muy ocupado, pero gracias".
• Pedir un tiempo para "pensarlo" puede ser una buena salida si te sentís acorralada y estás a punto de decir que "sí" cuando en realidad quieres decir "no".
• Acercar alguien que pueda hacer en tu lugar eso que no te agrada puede ser una forma de ayudar, de ser amable, sin estar obligado a hacer lo que no quieres.
Y no quiero decir con esto que nunca tengamos que decir "si" a algo que no nos convence demasiado. Sería muy ideal el mundo si solo nos moviéramos de acuerdo a nuestros deseos….La idea es que no perdamos de vista que siempre debemos intentar ese equilibrio que nos arrima a la felicidad.


Y tú, ¿cuantas veces has dicho que no? ¿Es dificil decir que no?

Los “ninis”, esos que todos olvidaron…



Bertha Zamora

Yo conozco a varios. Algunos son contemporáneos, otros, de diferentes generaciones. Son una realidad en nuestro México. Se dice que uno de cada cinco jóvenes, no se dedica a nada en su vida, no produce nada al país, no estudia ni trabaja. Para identificarlos se les ha llamado “ninis”.
Mientras la SEP afirma que sólo 285 mil jóvenes tienen esta condición, José Narro Robles, rector de la UNAM dice que son 7 millones. Cifra escalofriante.

Situación preocupante
Muchos ya alzaron la voz y externaron su preocupación ante el gran número de jóvenes que están obligados a mantener un ocio frustrante, obligatorio, impuesto, incómodo, improductivo, angustiante y doloroso. Jóvenes desocupados que buscan acomodo, que tratan de encontrar un lugar en la sociedad, que luchan para conseguirlo pero, sencillamente, no lo logran. Asimismo, están en busca de trabajos y universidades, que hacen filas, llenan formularios, acuden a entrevistas y exámenes, pero sólo reciben negativas.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) calificó como grave la cantidad de jóvenes que hay en el país, sin oportunidades de educación, ni trabajo (‘ninis’).

La Arquidiócesis Primada de México lamentó que no se ofrezca opciones a siete millones de jóvenes que en México no estudian ni trabajan. '¿Dónde está la promoción del deporte, la música y el arte, la organización de actividades al servicio de la sociedad y mil iniciativas más para motivar la ocupación de esos jóvenes?', cuestionó el órgano de la Iglesia.

Sobre este tema, José Alberto Alarcón Mota, presbítero y vicario de la parroquia de San Francisco de Asís declaró, “definitivamente es un trabajo del gobierno, el papel del gobierno es generar espacios para estos jóvenes, en la actualidad el gobierno no ofrece oportunidades para trabajar, para desempeñarse, para ejercer un oficio…”
Con respecto al papel que juega la iglesia en este tema recalcó, “en nuestro país son una cantidad de trabas a nivel gubernamental para dejar trabar a la iglesia en ese sentido, lamentablemente la ley civil prohíbe a las escuelas enseñar religión, a diferencia de Europa donde la religión se enseña de manera ordinaria y sistemática”.
Asimismo hizo énfasis en el papel que juegan los padres de familia, “deben educar a los hijos desde la responsabilidad y el trabajo”.

“La solución es invertir en educación, recuerdo una frase que dice, el peor mal en el mundo es la ignorancia y el remedio a la ignorancia es la educación”, finalizó.
En el ámbito deportivo, también se han externado opiniones sobre este tema, Carlos Girón, considerado en su tiempo el mejor clavadista del mundo dijo, “es un gran desaliento y un gran fracaso para los gobiernos que haya ese tipo de jóvenes porque eso quiere decir que no están haciendo nada por ellos, que no están produciendo las suficientes fuentes de trabajo para llevar a una generación de jóvenes a actividades que les permita desarrollarse como personas”.

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Recuerdo que el actual presidente Felipe Calderón se proclamó como “el presidente del empleo”, de hecho ese fue su slogan de campaña. ¿Fue mercadotecnia pura, así como la que utilizó el “presidente legítimo” (sic) Andrés Manuel López Obrador con su apoyo a los pobres? O tal vez esta situación se veía venir, tarde o temprano el hilo se iba a romper.
¿Es sólo culpa de los gobiernos que ha tenido este México tan lindo y querido? O cómo diría Julián LeBaron “hay cosas en este país donde la culpa es de todos nosotros”…

Lo cierto es que hasta la fecha no hay una solución para los “ninis” mexicanos, parece que siguen en el olvido.


¿Qué opinas sobre los "ninis"? ¿A cuantos "ninis" conoces?

martes, 16 de agosto de 2011

Como agua para chocolate...




Bertha Zamora.- Creo que comienzo a parecerme a Shakira, ¡sí! A esa colombiana novia de Piqué.
El parecido no es por “rabiosa”, ni mucho menos por “bruta, ciega o sordomuda” el parecido es porque afirma que no se baña los domingos y debo confesar que el domingo no me bañé.

Y es que con el agua café y grasosa que sale por mi regadera ya no sé que es mejor: si bañarse con esa agua achocolatada o no bañarse.
Hace poco un extranjero me contaba que en su país hay cigarros electrónicos, ¡viva el primer mundo! Yo le dije: ¿recuerdas que en la escuela te enseñaron que el agua es incolora, inodora e insípida? Pues en la Cuna de la Bandera Nacional esto no es cierto, pues el agua tiene color, olor y sabor, ¡viva el tercer mundo!
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Mientras por un lado se publican los daños que provoca el contacto con ese tipo de líquidos (que ya no quiero ni acordarme que contienen porque entonces dejaré de bañarme para siempre), por otro lado algunas autoridades afirman que eso no es cierto, entonces entre “dimes y diretes” el caso del agua achocolatada se vuelva tan barato y absurdo que provoca decepción, algo así como una emisión del programa de Laura “y que pasé el desgraciadooooo”.

En fin, lo que sí es verdad, es que desde hace ya más de un mes, por los grifos de mi casa sale agua del color a la que tiene ahorita el rio San Juan. ¿Será que el presidente municipal está cumpliendo con la promesa de que algún día nos bañaríamos en aguas de ese río? ¿Será que nos está mandando esas aguas a nuestras casas para que veamos que sí cumple?....

¡Será el sereno!, pero creo que los impuestos que todos pagamos (y que no son nada baratos) no equivale a tener en casa un líquido de esta naturaleza. Excusas hay muchas, en entrevista radiofónica Raúl Tovar Tavera declaró que es un problema heredado….¡¡abur!! ¿Y la solución apá?

Si las cosas siguen igual, espero que los daños que esta situación provoca sean reparados, ¿sería lo justo no? Y soñar no cuesta nada.
Es urgente que hagan algo al respecto. Es urgente que la política tenga otra actitud con los ciudadanos.

¿Qué pasaría si un día todos los igualtecos, hiciéramos lo que Saramago narra en su novela “Ensayo sobre la lucidez”?…tal vez así y sólo así se le tendría más respeto a la ciudadanía.

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Quiero parecerme a Shakira pero no de esta manera…aunque pensándolo bien, terminaré por parecerme a Kalimba, y no por el kalimbazo ¡no!, Porque si me sigo bañando con esa agua mi piel terminará achocolatada, si bien me va.

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¡Cuéntanos tu experiencia con el agua achocolatada!